UNO TIENE QUE CURARSE PRIMERO
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UNO TIENE QUE CURARSE PRIMERO

UNO TIENE QUE CURARSE PRIMERO

Uno tiene que curarse
primero.

Te andan obligando
a disfrutar el momento,
a soltar lo que te hace mal,
a dejarte fluir con las circunstancias
y a entregarle todo al Universo
para que suceda lo que convenga.

Uno primero tiene que curarse.

Dejen de mentirle a la gente rota
que todos sabemos que a
nadie deja de sangrarle la herida
por poner las patas en el agua
y acariciar al perro mientras se les agradece la existencia a
las tostadas que comemos
todas las mañanas.

La gente pide magia
para que no duela y entonces
se lo cree, y después los ves por
ahí sintiendo culpa por
no tener los «huevos necesarios»
para salir a bailar y reírse a carcajadas mientras acaba de enterrar
en el medio del pecho
al amor de su vida.
Termínenla.

La gente rota guarda pedazos
de vida que necesita sanar.
Necesitan abrazos que se acomoden
como mantas capaces
de apretarles bien los cuerpos
hasta que dejen de supurar.
Tienen que dejar de supurar.
Tienen que sanar.

Están lastimados, no son boludos.
No necesitan escuchar lo que
hace rato están tratando de hacer
y no pueden.
A veces no se puede viejo,
no se puede.

Es que la vida a veces duele.
Duele. La pérdidas,
los desengaños, los desencuentros,
los abandonos, las decepciones,
los sueños frustrados, las promesas incumplidas… Duele.
Todo eso duele.

Entonces antes de meter
las patas en el agua
y sacarse una selfie acariciando al perro, tienen que sanar.
Y para sanar hay que saber frenar.
Mirar lo que nos sacudió el cuerpo y
el bocho y frenar.
Frenar para ver, para entender,
para reconstruir y también
muchas veces para
terminar de destruir.

Paren con esas boludeces
de que el que no se anima
no es valiente,
agitando esa pseudo libertad
que se supone hay que poner
en marcha porque mañana
puede ser que se termine el cuento.

Dejen de molestar a la gente
que está haciendo su duelo,
que se está encontrando
con su pena, con su
soledad y sus vacíos.

Respeten.
No sean mentirosos.

Todos sabemos que a veces
simplemente no se puede.
No se puede.

Esa gente se está sanando.

Se está enfrentando
a sus fantasmas y a sus tormentas
porque para poder salir a
bailar con la música
a todo lo que da, primero
hay que saber curarse.

Eso es la vida.

Asumirlo es el paso
necesario para poder
pararse cuando se pueda
y como se pueda.

No apuren a la gente.

Dejen que se curen, carajo.
Y después quizá sí.

Con menos dolor,
con la herida ya sanada y con el cuerpo más liviano, que pongan las patas donde las quieran poner,
que cumplan esa cuenta pendiente
por hacer, que llamen a
quien tengan que llamar,
perdonar a quien no pudieron
perdonar y que si se les canta
el culo le agradezcan
al Universo y a las tostadas
por todo lo que les da.

Pero dejen que la gente se sane .
Dejen que se curen, carajo.

-.LORENA PRONSKY.-