Todo empieza con Mamá
Todo empieza con Mamá.
De niña esperaba que mamá me diera un abrazo y me dijera que me amaba.
Luego siguió con Papá. Y esperaba que me dijera lo valiosa que era.
En el colegio deseaba que se reconociera mi empeño o inteligencia.
De adolescente esperaba agradarle a un grupo de chicas para ser aceptada, o gustarle al chico que me gustaba a mi.
Cuando elegí a mi compañero de vida esperaba que fuera atento, romántico y muy cariñoso.
Pasaron los días, los años y yo esperaba las flores, los chocolates, las serenatas, las noches románticas y nunca llegaron, no al menos como yo esperaba.
Hoy en mi atardecer veo hacia atrás y me doy cuenta que no me faltaron personas en mi camino, lo que me faltó fue amarme más a mi misma, consentirme, apapacharme, cantarme, hablarme bonito y no esperar nada de nadie.
Me faltó NO delegar mi poder a nadie más que a mi.
Me faltó ser mi más y verdadero amor.
Hoy en mi atardecer veo hacia adelante, me abrazo y me pido perdón porque por mucho tiempo me menosprecié, ahora me revaloro y me aferro más a mi, sabiendo que no es ego es amor propio.
Hoy en mi atardecer me reconozco, me acepto y soy tolerante conmigo, como lo he sido siempre con los demás.
Hoy me doy lo que hasta ahora me negaba a mí misma.
Maya medicina Ancestral, editado por Veronica Heiland