NO TE HAGAS DAÑO
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NO TE HAGAS DAÑO

NO TE HAGAS DAÑO

No comas mal; aliméntate
saludablemente.
Consume frutas frescas, verduras,
semillas, jugos naturales,
agua mineral y cereales integrales.
Suelta la harina blanca,
la carne y el azúcar,
ya te diste demasiados gustos.
Suficiente daño ya le has hecho
a tu sagrado cuerpo.
Comienza a cuidarlo y amarlo.

No te hagas daño.
No pienses en negativo;
no contamines tu sagrada conciencia
con pensamientos tóxicos,
con recuerdos del pasado
que ya murió o anticipando
un futuro que no existe.
Cada pensamiento negativo intoxica
tus células y afecta tu sistema nervioso, generando emociones dañinas y por consecuencia una realidad de baja frecuencia.

No te hagas daño.
Haz ejercicio físico diariamente
y algo de yoga o estiramiento.
Esto activa tu energía,
te devuelve tu paz y elimina la fatiga
y el cansancio.
Mejora tu salud, previene numerosas enfermedades y prepara
tu cuerpo para la meditación.

No te hagas daño.
No discutas con nadie.
En donde no haya amor
o no te respeten simplemente
márchate, pero no te involucres en discusiones para tener la razón
y mucho menos te esfuerces
para que el otro cambie
o vea su error.
Si no ve, no ve.
Suéltalo ya.
Madurará cuando sea su momento.
No busques comprensión,
sólo sigue tu paz.

No te hagas daño.
No pases horas, días, semanas
y meses mirando películas,
televisión o navegando por Internet.
La tecnología es la droga
de los tiempos modernos.
Esto te distrae de tu propósito
y esclaviza tu atención
hacia el exterior, que debe
estar enfocada siempre en tu corazón
y en tu vibración interior si en verdad quieres encontrar la paz del espíritu.
No viniste aquí para distraerte con los placeres efímeros sensoriales,
sino para realizar
tu Ser que es la suprema
y eterna dicha y servir
a la humanidad. ¡Se fuerte!

No te hagas daño.
No continúes con tu pareja
si ya se perdió la magia; si él o ella no puede ver tu grandeza y tu ángel.
Quizás hay cariño y respeto,
pero eso no es estar enamorado.
No pierdas tu vida al lado de alguien
que ya cumplió su misión contigo.

No te hagas daño.
No postergues tus sueños.
Muévete y confía.
Recuerda estás dos palabras mágicas: muévete y confía.
Ambas son imprescindibles
para alcanzar el éxito.

Si no te mueves nada sucederá,
y si te mueves con dudas e inseguridad en tu mente, tampoco nada sucederá.

Jordi Casadella