NADIE NOS ENSEÑA A SER MADRES
NADIE NOS ENSEÑA A SER MADRES Reflexiones de vida
No en forma explícita, por lo menos.
Pero desde el momento en que nacemos, y somos criadas por nuestras propias madres, quienes en algún momento fueron hijas de nuestras abuelas, estamos aprendiendo a serlo.
Al ser hijas, observamos a nuestras madres relacionándose con nosotras y con el resto, y va quedando en nuestro inconsciente una idea de cómo debe ser el rol de una madre.
Ellas, muchos años atrás, pasaron por el mismo proceso, y así también lo hicieron nuestras abuelas, bisabuelas, y muchas otras generaciones anteriores a la nuestra.
Pero las historias que se repiten generación tras generación nunca son totalmente buenas.
Porque nadie es perfecto, porque todos cometemos errores, y porque muchas veces no nos damos cuenta de eso y, con esa falta de conciencia, se repiten sucesivamente ciertos patrones que pueden resultar dañinos.
Lo importante es ser concientes de esto, porque solo así seremos capaces de elegir qué queremos tomar de nuestras historias y qué queremos dejar de lado, formando un nuevo legado que será transmitido a nuestrxs hijxs para que, a través de ellos, sea traspasado a las generaciones futuras.
Qué quiero transmitir a mis hijos de lo que me enseñó mi propia madre?
Su cariño, sus caricias, cómo siempre destaca todo lo bueno que hay en mí, y cómo con sus palabras me ha ayudado, desde pequeña, a creerme el cuento.
Ella es mi mejor cheer leader.
Y tú, ¿qué quieres conservar en tu legado?
Créditos Natalia Nilo A .
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