MI MAMÁ ES BRUJA
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MI MAMÁ ES BRUJA

MI MAMÁ ES  BRUJA

Estoy convencido que mi mamá es una bruja. De niño, cuando me levantaba para ir al colegio, tenía ropa lista para usarla y el desayuno en la mesa, pero mi mamá no estaba porque siempre madrugaba para irse al trabajo. Cuando volvía del colegio, mi cama estaba tendida y mi cuarto ordenado, pero mi mamá no estaba, porque estaba haciendo vueltas en un centro comercial, en bancos o cosas de esas. Básicamente, las cosas siempre pasaban mágicamente.

Algunos días en que estaba enfermo, ella me tocaba la frente y me daba un beso, y es como si la fiebre se fuera sola, y sus palabras me embrujaban haciéndome pensar que la enfermedad pasaría, y más aún si me daba un brebaje que hacía, que se parecía mucho a un caldo de pollo; ese mismo truco lo usó cuando me vio llorando porque perdí ese amor que me tenía pleno y feliz, y por medio de sus conjuros dichos correctamente, el dolor se convirtió en aprendizajes, y la nostalgia en bellos recuerdos.

Cuando me fui de casa, me di cuenta de todo. Me levantaba y el desayuno no estaba hecho, y cuando volvía a casa, el cuarto no estaba ordenado; allí comprendí que viví bajo su embrujo por muchos años, y que ya no estaba en su casa: la magia simplemente había desaparecido.

Me acostumbré a hacer la cama, el desayuno, la ropa y dejar todo ordenado, dejando todo en su sitio correcto, pero no tenía la misma energía de lo que había visto cuando era niño…

Gracias mamás por ser brujas, por embrujarnos, por mantenernos en un mundo mágico en nuestra niñez, y sobre todo por dejar en nosotros la capacidad de ser brujos y brujas para nuestros hijos, tradición que intentaremos continuar al mismo nivel que ustedes, llenando al mundo de esa mágica hechicería del hogar.

Fuente Camilo Herrera