Los difuntos vienen volando
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Los difuntos vienen volando

LOS DIFUNTOS VIENEN VOLANDO

La hermosa leyenda de la mariposa monarca

¡Ya es hora! Las mariposas monarca y nuestros difuntos vienen en camino usando las mismas alas. Sí, sabemos que esto suena un poco raro, pero todo cobra sentido cuando miramos hacia nuestra tradición y descubrimos que nuestros antepasados creían en ello, y que la idea es mucho más bella de lo que parece. ¿Te gustaría saber por qué? ¡Te lo contamos a continuación!

Un santuario naranja

Como cada año, las mariposas monarca llegan puntuales a la celebración de Día de Muertos. Estos insectos voladores, de hermosura y fragilidad excepcionales, viajan desde Canadá y el norte de Estados Unidos hasta su santuario en Michoacán y el Estado de México, recorriendo una asombrosa distancia de más de 4 mil kilómetros. ¿No es increíble considerando su tamaño? El gélido invierno comienza a sentirse en los bosques norteamericanos, por lo que emigran para formar colonias en los oyameles mexicanos y así protegerse del frío. Las condiciones climáticas en nuestro país resultan tan propicias, que las monarcas incluso se reproducen y crecen aquí.

En bosques y reservas como el Santuario de la Mariposa Monarca en Michoacán, llegan a observarse troncos y racimos de mariposas por doquier. Ellas permanecen en estos sitios durante su hibernación los meses de noviembre, diciembre, enero y parte de febrero. Si tienes la oportunidad de viajar a estas zonas durante este período, podrás admirarlas de cerca. Por supuesto, respetando siempre su hábitat temporal, aunque eso no hace falta decirlo porque somos viajeros responsables… ¿verdad?

Una hermosa leyenda purépecha

El pueblo purépecha habita en Michoacán, y es ampliamente conocido por sus costumbres y su arte plasmado a través de música, danza, cerámica y madera. Ellos creían que las mariposas monarca eran “el alma de los muertos”, por lo que interpretaban su llegada como el anuncio de la próxima visita de los difuntos a sus familiares, los días 1 y 2 de noviembre. Otra versión apunta a que estos insectos cargaban en sus alas las almas de los fallecidos, ayudándolos con el viaje a nuestro mundo.

Con el paso del tiempo, esta misma leyenda fue adoptada y recontada por otras culturas prehispánicas. Por ejemplo, los aztecas asociaban a este insecto con la diosa de la belleza y las flores, conocida como Xochiquétzal, por lo que se le llamó “quetzalpapálotl” y se hacían panes con su forma impresa.
En la cultura maya, por su parte, las mariposas eran exclusivamente los guerreros muertos en batallas o sacrificios. Estos héroes, en su proceso rumbo al Inframundo, acompañaban durante cuatro años al dios Sol. Después, su alma se transformaba en una mariposa.

El culto que se les rindió a estos animalitos siempre fue importante, pues además eran considerados “espíritus del bosque”, lo que les volvía sagrados. Por esta misma razón se acostumbraba dejar a su disposición ofrendas de cera y copal. Y he aquí un tip: si de casualidad el Día de Muertos recibes la visita de una monarca, debes observarla en silencio, ya que su aleteo susurra el mensaje de un ser querido ya fallecido. Sin duda, una criatura envuelta por siglos de tradición.