Heridas de la infancia
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Heridas de la infancia

CONOCE LAS HERIDAS DE LA INFANCIA Y CÓMO INFLUYEN EN NUESTRA VIDA ADULTA.

 

 

 

 

 

 

 

 

HERIDA DE RECHAZO:

En mi infancia no me aceptaron como era.
¿Cómo me protejo de adulto?
Huyendo. Cuando alguien o algo me hace sentir así, me escondo, me aislo, no quiero ver a nadie, incluso a la gente que me quiere. Siento que todo el mundo me rechaza, que no pertenezco.

 

 

 

 

 

 

 

 

HERIDA DE ABANDONO:

Tuve padres ausentes física o emocionalmente.
¿Cómo me protejo de adulto?
Haciendo todo lo posible para que el otro no se vaya de mi lado. Atraigo problemas para llamar la atención de los demás. Prefiero aguantar relaciones difíciles que ponerles fin. Me da mucho miedo quedarme solo/a.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

HERIDA DE HUMILLACIÓN:

En mi infancia me ridiculizaron y se avergonzaron de mi.
¿Cómo me protejo de adulto?
Anulando mis necesidades y centrándome en las de los demás. La culpa y la vergüenza que arrastro me impiden aceptarme y cuidarme, por eso me resulta más fácil ocuparme de los demás que de mi.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

HERIDA DE TRAICIÓN:

En mi infancia no cumplieron lo que me prometieron.
¿Cómo me protejo de adulto?
Estando en hipervigilancia constante. Tengo que controlar todo lo que ocurre a mi alrededor para anteponerme al peligro y así evitar sorpresas. Soy muy exigente en mis relaciones porque me da miedo que me mientan.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

HERIDA DE INJUSTICIA:

En mi infancia fueron fríos y autoritarios conmigo.
¿Cómo me protejo de adulto?
Escondiendo lo que siento. Soy muy sensible pero no lo demuestro. Me exijo mucho a mi mismo/a porque creo que se me aprecia por lo que hago y no por lo que soy. Me cuesta comprometerme por miedo a equivocarme.

Al final…estas heridas todos las experimentamos de una u otra forma,
hoy tenemos la posibilidad de sanarlas.