EL TREN DE LA VIDA

Vive tu vida como si fueras un tren en marcha.
No te arrepientas de las paradas que dejaste atrás, sigue hacia adelante.
No ruegues a nadie que suba a bordo, pero aquellos que realmente quieran ser parte del paseo, resérvales siempre asiento en el primer vagón.

No ruegues por tiempo y/o atención porque nadie es más importante, ni tú tan miserable.
No inviertas tiempo a quién no le interesa compartirlo contigo, quiérete, dignifícate, valórate, quien te quiere te busca o te lo hace saber de algún modo, no mendigues, ni recojas migajas, no supliques por amor a nadie, no corras por quien no está dispuesto a caminar contigo, no te esfuerces por mover montañas por quien no levanta una sola piedra por ti.

Una vez leí que:

“El secreto no es correr detrás de las mariposas… es cuidar el jardín para que ellas vengan y se queden.

La vida no solo es un tren al que hay que subir, en ocasiones también es una estación en la qué hay que saber cuándo bajar…

(Créditos al Autor)