El Espíritu de la Navidad
«𝗘𝗟 𝗘𝗦𝗣Í𝗥𝗜𝗧𝗨 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗡𝗔𝗩𝗜𝗗𝗔𝗗»
𝗦𝗢𝗟𝗦𝗧𝗜𝗖𝗜𝗢 𝗗𝗘 𝗜𝗡𝗩𝗜𝗘𝗥𝗡𝗢
El Espíritu de la Navidad es una tradición originaria de los países nórdicos y que, desde hace varios años, ha sido adoptada en muchos países latinoamericanos como parte de las costumbres características de esta época.
La leyenda relata que este ser llegó a esta esfera proveniente de una galaxia lejana y se instaló en la región norte, en lo que hoy se conoce como la península escandinava. En la actualidad y bajo la mirada espiritual y esotérica, el Espíritu de la Navidad no es concebido como un ser físico, a pesar de que la leyenda así lo describe, sino más bien como una energía, un magnetismo que fluye desde el centro de nuestro sistema estelar y que llega año tras año para rociarlo, bañarlo y energizarlo todo de vida; es pues, un efluvio vivificador y benefactor que fecunda al orbe para que genere y cree abundancia, paz, amor, armonía y alegría.
Es importante destacar que la llegada del Espíritu de la Navidad es una celebración diferente al nacimiento de Jesús, el 25 de diciembre. Esta celebración hace referencia también a la llegada del personaje relacionado con la leyenda o mito Solar del Solsticio de Invierno; conocido en España como Papá Noel, Tío de Nadal en Cataluña, El Olentzero para los valles vascos y navarros y el Apalpador para algunas zonas de Galicia.
Al igual que muchas de vuestras celebraciones más significativas, El Espíritu de la Navidad coincide con un evento astronómico de gran importancia, el solsticio de invierno, o como se conoce en el mundo espiritual, la llegada de la luz a la oscuridad. Este día es el más corto del año y en consonancia es también la noche más larga y con mayor oscuridad. Nungimecha se encuentra más inclinada con respecto al sol, quien a su vez se ubica en un punto más bajo en vuestro cielo, cuya inclinación es exactamente 23° sur, justo encima del trópico de capricornio.
Quienes creen en la llegada de esta energía celebran el 21 de diciembre, exactamente entre las 10:00 y las 12:00 de la noche, con una cena familiar y de amigos o un ritual para darle la bienvenida. El día anterior, limpian la casa, con el fin de recibirlo libre de energías negativas y luego al día siguiente, después de la cena, encienden velas y aromáticas.
Para los mensajeros de la luz, efectivamente; la llegada del Espíritu de la Navidad; que coincide con el solsticio de invierno; significa el advenimiento de un torrente energetizador emanado del espíritu supremo y proveniente del Centro del Signo, cuyo propósito es el saneamiento, higienización y armonización de toda la galaxia; y que sin duda, constituye un momento de júbilo, de celebración y felicidad por cuanto es en este tiempo en que los seres que habitan estos mundos, son inspirados hacia el amor, la fraternidad, la paz y la búsqueda de la verdad.
Es precisamente en estas fechas donde también los seres elementales, principalmente los gnomos y las hadas, entran en un estado de reverberación y éxtasis y en ocasiones puede vérseles en los bosques, percibiendo y celebrando la llegada de estos flujos energéticos.
Os invito pues, a que más allá de los rituales y tradiciones culturales, en este tiempo os apartéis del ruido y os recojáis en silencio absoluto frente al Sol de las horas tempranas, para que recibáis y aprovechéis de manera directa estos magnos efluvios, recarguéis y energeticéis vuestros cuerpos, elevéis vuestra vibración y sintonicéis sin obstáculo con la luz y la verdad de vuestra esencia y entréis cada vez más en Unidad con la Divinidad.
Centro de la Sabiduría Antigua
Dr. Angel Luis Fernández