EL ALMA
El alma busca las pruebas que necesitas para crecer, por eso te fijas en determinadas personas, por eso estás en determinados lugares.

Lo que llamas destino, entonces, no es más que tu inconsciente, que es parte de tu alma, buscando crecer, desarrollarse, superarse a sí misma, y hasta que no te des cuenta seguirás repitiendo los mismos eventos.

Y cuando te liberes de esas trampas mentales, cuando te liberes del falso ego que sostiene tus prejuicios y tus ideas sobre el mundo, entenderás lo que siempre has sabido y verás al mundo con otros ojos, que son los ojos del alma, los ojos que te muestran quién eres, qué eres y quienes son los demás.

Por eso en determinado punto ya no te fijas en lo que dicen, sino en la forma, entre líneas y con las intenciones que el mensaje es expresado.

Y verás los detalles y verás las acciones.

Y verás aquello que te hace falta para crecer por ti y para ti porque, al final del día, al final de la vida, quién importa eres tú.

Y cuando estés completo, entonces compartirá ese tú completo que te llenará de vitalidad, plenitud y gozo, estados de consciencia tan elevados que nada, ni nadie, te harán dudar.

Mientras tanto admírala, gózala, disfrútala, a ella y a su libertad.

Porque cuando conectas de verdad, contigo mismo, eres capaz de conectar de verdad con lo demás y eso, ese precio, hará que ni la distancia ni el tiempo, sean más que oportunidades para poderte acomodar y encontrar más herramientas para que, cuando llegue ese momento, sea perfecto.

No para los demás, sino para ti y para eso otro que te llena, te nutre, te hace crecer.

Porque creciendo tú, crece lo demás.