Un baño que recomiendo mucho a mis pacientes es el de sal de mar.

También puede hacerse con sal del Himalaya.

Es un baño para purificar, liberar, transformar la energía y sobre todo, aligerar la carga.

Puedes poner un puñito de sal en un poco de agua tibia y meter el recipiente al baño.

Luego, dejar caer la mezcla del cuello hacia abajo, diciendo:

«Que la tierra se lleve lo que no me corresponde».

Enjuaga.

La energía de la tierra, simbolizada por la sal, representa el sostén, el apoyo, la nutrición emocional, que algunos de nosotros requerimos en ciertos momentos de la vida.

También purifica los pensamientos y contribuye contra las obsesiones.