Amado Dios ayúdame a entender que el universo es abundante y que para que yo gane nadie tiene que perder.

Amado Dios ayúdame a activar mi conciencia y voluntad para aprender a convertir todos los obstáculos y adversidades en oportunidades para crecer y aprender.

Amado Dios ayúdame a entender que para superar el subdesarrollo económico, primero debo de vencer el subdesarrollo mental a través de la lectura y la capacitación.

Amado Dios gracias porque hoy entiendo que uno de los mejores negocios que puedo realizar es ser una persona ética y confiable.

Amado Dios ayúdanos a todos a entender que para ganar dinero no se tiene que dañar ni engañar a nadie; y que el hacer el bien además de producir abundancia, genera el premio más grande que una persona puede recibir: la satisfacción de servir.

Amado Dios gracias porque el Universo es abundante y yo tengo todos los recursos necesarios para acceder a la riqueza infinita que Tú has creado especialmente para mí.»