Ahora te veo.
Nos veo.

Veo el dolor y lo que tuviste que pasar mujer.

Ahora reconocemos la gentileza, la empatía, la compasión, la creación, la gratitud y la amorosidad, esas energías femeninas de una nueva era, que nos hacen vivir de forma más equilibrada, más serena y armoniosa que la violencia y la competencia. Esta energía va más allá del género, está presente en hombres y mujeres, son las fuerzas de la nueva era sobre las que tenemos que construir las bases.

Nuestro deber hoy es empezar a integrar ambas energías, dejar de hablar de enfrentamiento o lucha y generar la forma de equilibrar la balanza desde un trabajo interno de autoreconocimiento y amorosidad.

Lo que somos será reflejado en el afuera.

Si, hay mucho en juego y podemos sentirlo, vibramos en nuestros cuerpos como almas desnudas, y nos detenemos cuando nos reconocemos.
Nos detenemos a mirarnos y no sólo a vernos, porque hablamos de sororidad y no de competencia.

Cada una de nosotras tenemos un trabajo interno donde reconocemos donde tenemos esa herida, y desde donde elegimos sanar.

Nos reconocemos, ya no nos juzgamos con el dedito o la mirada inquisidora, ahora nos detenemos, hacemos empatía, conocemos nuestro dolor y nuestros miedos.

Y ahí vamos de nuevo para abrazarnos, a veces con el cuerpo, a veces con la mente, a veces con el alma, pero siempre sumergiéndonos en un otro que tenemos la necesidad de comprender, que no juzgamos.

Amamos lo que somos, sólo queremos y nos debemos tener los mismos derechos, ni más ni menos, el mismo reconocimiento, las mismas oportunidades, porque como bien sabemos, somos distintos pero valemos lo mismo que los hombres.

Amo y honro a mis abuelas, a mi madre, a mis amigas y a cada mujer que se cruzó y cruzará en mi vida y que hace que nuestros lazos forjen un futuro mejor para nuestros hijos y los hijos de los que vendrán.

Amo y honro a cada mujer que no se queda callada ante las injusticias, que vibra en sintonía.
Gracias a cada mujer que ha dejado y continúa dejando huella en este camino, empoderadas, bellas e incansables defensoras de la igualdad que nos acerca.

Fedra Rosso Remón