El final de un ciclo
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El final de un ciclo

Cuando llega el final de un ciclo

Existen varios motivos por los cuales no puedes cerrar sin dolor, y el primero de ellos es no saber escuchar cuando llega el fin.

Escuchar el comienzo de las cosas es más intuitivo; todo el mundo sabe hacerlo.

Pero cuando experimentas un vacío existencial que no cesa es una forma que tiene tu ser para decirte: “Mira, hasta aquí llegamos”.
Entonces es hora de cerrar.

Hay que descubrir cuáles son los miedos que te impiden cerrar para poder traspasarlos.

Uno de los primeros en aparecer es el miedo a salir de tu zona de confort. Cuando llega el momento de cerrar ciclos, el confort se vuelve incomodidad.

En ese momento, en vez de tomar acción, muchos empiezan a repartir culpas.

Dicen: “Este vacío que siento es por culpa tuya”, o “es por culpa del trabajo”.

En realidad, la causa de tu vacío está en ti y es tu entera responsabilidad.

Este primer miedo se relaciona estrechamente con el segundo, que es el miedo a perder seguridad.

Lo más paradójico es que ese afán de encontrar seguridad se convierte en una fuente inagotable de inseguridad.

Es así porque las situaciones de mayor inseguridad que enfrentan quienes tienen este miedo suceden dentro de sus propias casas.

Los seres con los que conviven a diario los llenan de maltratos y engaños. Lo único que conocen es un confort incómodo y una seguridad peligrosa.

Todas las respuestas están delante de sus ojos, pero no dejan de pedirle señales al Universo.

Pero el Universo no manda señales. Te habla directamente todo el tiempo.

El problema es que no lo estás escuchando.

Aprende a reconocer y conectar con tus ciclos
Créditos a quien corresponda