Sé lo que decidas ser cada día.

Deja de buscar afuera lo que debes aprobar por dentro.
No necesitas nadie que te diga lo bien que lo estás haciendo si tu alma está en paz, ni te cuente de tus tropiezos, si nadie mejor que vos para observarlos y aprender de ellos.

Se vos. Se vos misma, vos mismo.

Siente cada día lo que haces y dices, y si no es así detente y vuelve a tí.

Vuelve a tí cada vez que te sientas cansada/o o abrumado/a.

La vida requiere de pausas, rediseños, de detenerse, observar y escucharse.

En el murmullo del afuera radica el sinsentido más peligroso con el que te puedes encontrar.

¿Estás haciendo lo que tienes ganas de hacer?

¿O estás viviendo desde las expectativas de los demás?.

Empieza todas las veces que necesites, cada día, cada segundo es un nuevo comienzo, rompe con la tradición si eso te hace sentir coherente con lo que decidas ser.

Si te llaman loco/a por tus gustos y tus formas de ver la vida, agradéceles, e invitalos al mundo de los locos, que miramos con tristeza, como los cuerdos se pisan los unos a los otros.

Si sientes que no podés sola o solo, recuerda que somos muchos los que vinimos con el proposito de abrazarnos y caminar juntos en red. Pide ayuda. Alza tu mano buscando esa mano amiga.

Si no te animas a ser lo que elijas ser, ni estar donde querés estar, ni vestir, comer, decir o hablar de la manera que mejor te sientas, preguntate qué te está limitando y qué tan malo podría ser intentarlo, o acaso hay algo peor que vivir no siendo uno mismo o una misma???

Si alguien critica, decile que es tiempo de reconstrucción y de poner manos a la obra, lo fácil es señalar desde la comodidad de tu propio sillón, lo difícil es entrelazar las almas para ayudarse en el camino de la reconstrucción, donde la mirada inquisidora cambie por una mirada amorosa de compasión.

Respira, encuentra tu razón de ser, eso que te hace único/a y maravilloso/a.
Si sos distinto/a, seguramente esa diferencia sea la que marque un nuevo rumbo.

Pregúntate qué querés, qué te gusta, que tenés para ofrecer a este mundo donde los locos queremos empezar a confiar que el camino es por acá, en la locura del amor, de la intuición amiga, de los abrazos apretados, de las palabras que construyen un nuevo puente.

Se coherente con tu corazón, con tu sentir, con la frecuencia en la que querés vivir a partir de hoy.

Que tus sueños y anhelos sean el motor y el ritmo que vayan marcando el camino de tu corazón.
Fedra Rosso Remón