Nuestros niños, no son nuestros
Nuestros niños, no son nuestros.
Esa es la perspectiva que debemos adoptar. Ya.
El niño no nos pertenece porque se pertenece a sí mismo y a nadie más.
De ahí debe partir todo criterio de crianza. Del respeto que merece cualquier ser humano independientemente de su edad.
Eduquemos sin violencia y ya. Sin pretextos.
Deja los pretextos para tu jefe en el trabajo, si quieres. Para tu pareja, si lo deseas, o para ti mismo, que a todos nos tienta el autoengaño. Pero no los uses para violentar al niño. Recuerda que no es tuyo. Que solo se pertenece a sí mismo.
Educar, criar sin violencia, es perfectamente posible.
Si partimos del entendimiento del valor inherente del niño como persona, y nos situamos en el papel de su protector, de su guardián, de su educador y podemos hacer a un lado el concepto de «pertenencia», iremos por mejores derroteros.
«Este niño no es mío aunque lo amo con toda mi alma. Lo amo más que a mi mismo y daré la vida por él, pero no me pertenece. Se pertenece a sí mismo».
Esta es la perspectiva que quiero compartir el «Día del Niño».
Lo demás se dará por añadidura.
Al niño de la foto le regalaron unos zapatos nuevos después de andar con puras garras a causa de la guerra.
Su cara lo dice todo.
¡Saludos!