Solo basta un segundo
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Solo basta un segundo

Solo basta un segundo.

Esa pequeña fracción de tiempo es suficiente para que el niño se dé la vuelta del cambiador y caiga al suelo.
No lo dudes, se pegará en la cabeza.

Los niños son “cabezones”.

Es decir, ellos tienen proporcionalmente una cabeza mucho más grande que los adultos, así que casi siempre que se caen, de dónde sea, el trancazo se lo dan ahí.

Puede ser cosa muy seria. Un golpe en la cabeza no se debe tomar a la ligera y debe consultarse con el pediatra o el médico de la familia, sobre todo si el niño tiene menos de dos años.

Debes consultar, pero también conocer los signos de peligro que tú, como padre de familia o cuidador debes observar, para acudir de inmediato al hospital, pues son señales de una lesión grave:
• Un dolor de cabeza constante, particularmente si empeora
• Dificultad para hablar o confusión
• Mareo que no desaparece o se repite
• Irritabilidad extrema u otro comportamiento anormal
• Vómitos más de 2 o 3 veces
• Tropezarse o dificultad para caminar
• Sangrado lento o líquido acuoso de la nariz o las orejas
• Dificultad para despertarse o sueño excesivo
• Tamaño desigual de las pupilas (la parte central oscura de los ojos)
• Visión doble o borrosa
• Palidez inusual que dura más de una hora
• Convulsiones (ataques)
• Dificultad para reconocer a personas conocidas
• Debilidad de los brazos o las piernas
• Zumbido persistente en los oídos

Estas señales deberán observarse estrechamente durante las primeras 24 horas después del golpe, de modo que no podrás dejar al niño solo aunque se vea bien. La vigilancia deberá continuar por al menos tres días más.

https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/injuries-emergencies/Paginas/Head-Injury.aspx

Si tu niño ha sufrido un golpe en la cabeza y por fortuna no le pasó nada, ten especial cuidado. Ponle “marcación personal”, porque un segundo golpe, aunque sea leve, puede ser fatal.

¿Qué si después del golpe se puede dormir?
Sí. Pero hay que despertarlo cada dos o tres horas para asegurarse de que se mueve normalmente. Con sacudirlo suavemente será suficiente.

Los bebés menores de dos años no podrán decirte que les duele o qué sienten, y si están desorientados no te darás cuenta, por lo tanto, siempre consulta con el pediatra.

Los accidentes ocurren y seguirán ocurriendo, pero el estar conscientes como padres o cuidadores de que la posibilidad de que sucedan está presente en todo momento, es la mejor forma de prevenirlos.

Comparte si crees que es de utilidad.

¡Saludos!
Dr. Alberto Estrada