La metáfora de la felicidad escondida

Cuenta una antigua leyenda hindú sobre la creación de la humanidad. Al principio de los tiempos, los dioses se reunieron para crear al hombre y a la mujer. Lo hicieron su imagen y semejanza, pero uno de ellos dijo:

-Un momento, si vamos a crearlos a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro y una fuerza e inteligencia igual a la nuestra. Debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de lo contrario, estaremos creando nuevos dioses.

Después de mucho pensar, otro de ellos dijo: -Ya sé, vamos a quitarles la felicidad.

-Pero ¿dónde vamos a esconderla? Preguntó otro.

-Vamos a esconderla en la cima de la montaña más alta del mundo, replicó otro.

-No creo que sea una buena idea, con su fuerza acabarán por encontrarla, agregó el primero.

-Entonces, ¡Podemos esconderla en el fondo de el océano!

-No, recuerda que les daremos inteligencia, con la cual, tarde o temprano construirán una máquina que pueda descender a las profundidades del océano.

-¿Por qué no la escondemos en otro planeta que no sea la tierra?

-Tampoco creo que sea buena idea, porque llegará un día que desarrollarán una tecnología que les permita viajar a otros planetas; así conseguirán la felicidad y serán iguales a nosotros.

Uno de los dioses, que había permanecido en silencio todo el tiempo y había escuchado con interés las ideas propuestas por los demás, dijo: – creo saber el lugar perfecto para esconder la felicidad, un lugar en el que nunca la encuentren.

Todos le miraron asombrados y preguntaron: -¿Dónde?

-La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces, el hombre y la mujer se pasan la vida buscando la felicidad, sin darse cuenta que la llevan consigo.