TÚ CUERPO ES EL REFLEJO DEL ESTADO DE TU ALMA
Tu cuerpo es el reflejo del estado de tu alma.
Tu nivel y riqueza espiritual se muestran en tu materia, en tu exterior.
Con sólo verte se puede saber si eres o no eres feliz, si estás conectado con tu divinidad, si has recibido ya o sigues ignorante del mensaje de amor universal del cosmos.
Tu cara tiene una expresión y ella te delata, todo tu ser te delata.
Tus ojos, tus labios, tú frente, tu postura, tu voz y su tono.
La paz y la felicidad son elementos indicativos de tu espiritualidad y no se pueden disimular como tampoco se pueden ocultar.
Tu cuerpo, que es tu envoltura material, refleja totalmente si has logrado la armonía, si te has convertido en su perfecta expresión o si no has logrado canalizar positivamente tu energía y no te hagas hermanado con tu entorno y tus semejantes.
Si te has limitado y si has avanzado.
Porque cuando no has tomado en cuenta tu vida interior, tu espiritualidad, tu expresión facial es de dureza, tu frente esta contraída, tus labios se desdibujan, tu voz es altisonante y tiene un tono de pesadumbre, de amargura.
Tu cuerpo es como una hoja seca y contraída, que hace tiempo dejó escapar la vida.
Por el contrario, cuando has elevado tu frecuencia de pensamiento y sientes y vives en el amor, pareciera que tuvieras una luz interna que iluminara todo a tu paso, y lo que piensas y sientes, tanto por ti como por los demás, se advierte en tu mirada, brillante y directa.
En la sonrisa que ofrecen tus labios, en tu postura y en la expresión serena y dulce que ha hecho nido en tu cara.