Práctica de limpieza de las emociones a través de la respiración.

En cualquier lugar donde estemos, preferentemente al aire libre, tomar conciencia de lo infinito del Universo
y levantar la cabeza para mirar al cielo y expandir la visión.

Llenar los ojos de luz, sentir esa luminosidad invadiendo el interior y pronunciar en voz alta o mentalmente dibujando una gran sonrisa en el rostro:
Por ejemplo:
“Inhalo paz, exhalo tensiones”
O la frase que más nos sirva según la situación:
“Inhalo alegría, exhalo tristezas”
“Inhalo tranquilidad, exhalo preocupaciones”
“Inhalo tolerancia, exhalo enojos”, etc.

Cada uno podrá adecuar la frase a la necesidad de la situación; notando como inmediatamente nuestro estado interno cambia.
Y así comenzar a trabajar con esas emociones que nos alteran o debemos pulir, sintiéndolas, viviéndolas y luego liberándolas
para no dejarlas asentar adentro, que luego serán posible base de diversas afecciones.

Devolviendo lo recibido:
Y como todo en la vida tiene un ida y vuelta; todo lo que se entrega, también se recibe.
Entonces es muy buena práctica no solamente acordarse de lo que disponemos en el Universo cuando lo necesitamos, sino también cuando estamos bien.

Por lo tanto, cuando nos sentimos bien, podemos repetir el ejercicio anterior, pero esta vez entregando algo que seamos capaces de dar; por ejemplo:
“Inhalo paz, exhalo entendimiento”
“Inhalo comprensión, exhalo calma”
“Inhalo compasión, exhalo amor”, etc.
Y de este modo, nuestro interior se va transformando y enriqueciendo, agregando estados de ánimo y emociones mas depuradas,
y purificando esas partes que aún nos quedan por limpiar.
Bienvenidos al cambio.